Tío Raimundo es el Papi de Beatrice y, como ya os contaba, antes de nuestra llegada a Familasia, mantenía con él una eufórica correspondencia donde divagábamos y maquinábamos artefactos de toda índole. Raimundo es una persona incombustible, con un espíritu inquieto, revolucionario y digno de canonizar en muchos aspectos. Tiene tal cantidad de aficiones, inquietudes y recursos, que tendríamos que publicar una serie de volúmenes por fascículos para catalogar su extenso currículo. Pero para destacar alguna de ellas, diremos que están la de intrépido adiestrador de las fieras de Familasia, entomólogo( teniendo en su haber especies inimaginables antropomórficas de todo tipo, descubiertas y catalogadas por él mismo), y la de artífice. Muchas noches se adentra en la parte más tupida de la selva de Familasia, llevando consigo tan sólo una tela de lino blanca y un camping gas, “suficientes para hacer coincidir en un sólo punto todas las maravillas del lugar”, en palabras del propio Raimundo.